Esta cabeza, cuando
viva, tuvo
sobre la arquitectura de estos huesos
carne y cabellos, por quien fueron presos
los ojos que mirándola detuvo.
Aquí la rosa de la boca estuvo,
marchita ya con tan helados besos;
aquí los ojos, de esmeralda impresos,
color que tantas almas entretuvo;
aquí la estimativa, en quien tenía
el principio de todo movimiento;
aquí de las potencias la armonía.
¡Oh hermosura mortal, cometa al viento!
¿En dónde tanta presunción vivía
desprecian los gusanos aposento?
sobre la arquitectura de estos huesos
carne y cabellos, por quien fueron presos
los ojos que mirándola detuvo.
Aquí la rosa de la boca estuvo,
marchita ya con tan helados besos;
aquí los ojos, de esmeralda impresos,
color que tantas almas entretuvo;
aquí la estimativa, en quien tenía
el principio de todo movimiento;
aquí de las potencias la armonía.
¡Oh hermosura mortal, cometa al viento!
¿En dónde tanta presunción vivía
desprecian los gusanos aposento?
Este soneto de Lope de Vega es uno de los más conocidos de la poesía
barroca española. Se divide en dos cuartetos endecasílabos seguidos de dos
tercetos con la misma métrica. La rima es común en ambos cuartetos con la
estructura ABBA, y es intercalada en los tercetos con las estructuras CDC y
DCD.
En cuanto a la temática, el
soneto nos cuenta cómo la belleza y hermosura de una mujer se han ido perdiendo
a lo largo del tiempo, hasta llegar a calavera. Este paso del tiempo hace
referencia clara y precisa al tópico literario «tempus fugit», en torno el cual gira todo el soneto. En su
contenido, el soneto refleja el pesimismo y el desengaño de la época barroca,
hundida por la crisis.
En el primer cuarteto,
mediante el uso de varios encabalgamientos, el poeta describe el pelo de la
amada, personificando los ojos que lo vieron, ojos que «fueron presos».
En el segundo cuarteto
encontramos riqueza en cuanto a metáforas e hipérbaton. Empieza con la zona de
la boca, donde estuvo una rosa, machita con tan helados besos, en esta metáfora
la rosa significa los labios, y los helados besos representan la muerte. Sigue
describiendo sus ojos, usando la metáfora «de esmeralda impresos» y vuelve a
usar una personificación diciendo que este color entretuvo tantas almas.
En el primer terceto continúa
recordando el físico de la mujer. En el segundo terceto encontramos una
exclamación, en que se personifica la figura del viento, reflejo claro del paso
del tiempo. Posteriormente encontramos una interrogación retórica, donde se
recuerda la presunción de la mujer en vida, ahora comida por los gusanos.
Conclusión: Lope trata en
este soneto uno de los temas característicos del periodo barroco, la fugacidad
de la vida y la caducidad de lo terreno, en este caso de la hermosura,
convertida en polvo, despreciada incluso por los gusanos tras la muerte. El
soneto es relativamente sencillo y se entiende fácilmente.
Xavier Vicente (1º Bach)