«Mientras
por competir con tu cabello»
Mientras por competir
con tu cabello,
oro bruñido, el sol
relumbra en vano;
mientras con
menosprecio en medio el llano
mira tu blanca frente
el lilio bello;
mientras a cada
labio, por cogello,
siguen más ojos que
al clavel temprano;
y mientras triunfa
con desdén lozano
del luciente cristal
tu gentil cuello:
goza cuello, cabello,
labio y frente,
antes que lo que fue
en tu edad dorada
oro, lilio, clavel,
cristal luciente,
no sólo en plata o
vïola troncada
se vuelva, mas tú y
ello juntamente
en tierra, en humo,
en polvo, en sombra, en nada.
De
un caminante enfermo que se enamoró donde fue hospedado
Descaminado, enfermo,
peregrino
en tenebrosa noche,
con pie incierto
la confusión pisando
del desierto,
voces en vano dio,
pasos sin tino.
Repetido latir, si no
vecino
distinto, oyó de can
siempre despierto,
y en pastoral
albergue mal cubierto
piedad halló, si no
halló camino.
Salió el sol, y entre
armiños escondida,
soñolienta beldad con
dulce saña
salteó al no bien
sano pasajero.
Pagará el hospedaje
con la vida;
más le valiera errar
en la montaña,
que morir de la
suerte que yo muero.
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